En España, los perros están en el podio de las mascotas más frecuentes. Sin embargo, ¿sabes realmente cómo se educa y se entrena a un cachorro? Las primeras experiencias de tu perro con el mundo le puede llevar a comportamientos que pueden molestar a los “dueños”. En cualquier caso, la respuesta a las malas acciones del can no pueden ser gritos, regaños, castigos, ni mucho menos golpes.
¿Qué tipos de castigo existen?
Según Experto Animal, tanto los refuerzos como los castigos se dividen en dos grandes grupos: positivos y negativos. Las diferencias entre un tipo de castigo y el otro son las siguientes:
Castigo positivo: “el término “positivo” hace referencia a que, inmediatamente después de que el perro realice una conducta que nos resulta indeseable (ej. ladrar), se añade en su entorno un estímulo desagradable con el objetivo de reducir la frecuencia, duración o intensidad de dicha conducta”. Según Experto Animal, los ejemplos serían los siguientes: los golpes físicos, los tirones secos de correa, los gritos y amenazas o la activación de un collar de impulsos eléctricos.
Castigo negativo: si el perro lleva a cabo una conducta que consideramos indeseable (ej. ladrar), se retira de su entorno un estímulo agradable con el objetivo de reducir la frecuencia, duración o intensidad de dicha conducta. Por ejemplo, quitarle la comida, retirarle un juguete, terminar el paseo o dejar de prestarle atención.
¿Qué tipos de refuerzo existen?
Refuerzo positivo: consiste en añadir un estímulo agradable cuando el perro realiza una conducta adecuada. Un ejemplo sería premiar al perro con una golosina después de obedecer una orden de obediencia.
Refuerzo negativo: consiste en quitar un estímulo desagradable cuando el perro realiza una conducta adecuada. Un ejemplo serían los collares eléctricos, que dejan de emitir descargas cuando el perro cesa los ladridos. Sería similar al castigo positivo.
¿Qué consecuencias puede tener castigar a un perro?
Todos los perros tener conductas “malas” o que nos molestas, por ejemplo, hacer destrozos, ladrar, hacer protección de recurso… Según Experto Animal, lo más importante en este caso es saber identificar correctamente la causa por la cual nuestro perro se comporta de esa forma en que lo hace y, en consecuencia, trabajar de forma gradual y empática para lograr reducir este comportamiento. También es importante acudir a un adiestrador. A continuación te contamos cuáles pueden llegar a ser las consecuencias del uso y abuso de los castigos:
1. Aparición y agravamiento de inseguridades, miedos y fobias
Hay que tener en cuenta que, según Experto Animal, un mal comportamiento no es más que una reacción natural de nuestro perro ante algo que le genera cierta inseguridad o que le asusta. Si ante este miedo o inseguridad, le castigamos lo único que vamos a hacer es empeorar este miedo.
2. Aumento de la frustración y del sentimiento de confusión
Según Experto Animal, hay que tener en cuenta que castigar sistemáticamente conductas que para un perro son completamente naturales (como excavar, comer comida de la calle, perseguir gatos o revolcarse en el barro) sin tan siquiera ofrecerle ninguna alternativa de acción, puede resultar extremadamente frustrante para tu perro.
3. Desarrollo de problemas de estrés y ansiedad
Los perros muchas veces no saben por qué estamos tan enfadados con ellos y eso es algo que genera mucho estrés y frustración. Esto tiene que ver de nuevo con castigar conductas que son “naturales” para ellos.
4. Aparición o incremento de conductas amenazantes o agresivas
Un perro cuando se siente incómodo ante el comportamiento de un individuo en concreto, puede ser su dueño cuando le castiga, este se lo hará saber a través de su lenguaje no verbal. Esto es, al principio, emitirá señales de calma como pueden ser apartar la mirada, bostezar o relamerse para pedirle que se aleje. En caso de que estas señales sean ignoradas, aumentará su intensidad, pasando a mostrar señales de amenaza, como gruñir o arrugar el hocico.
5. Deterioro del vínculo entre el perro y el tutor
Hay que tener en cuenta que el perro empezará a tratar de “evitar” a su tutor si este le castiga sistemáticamente. Esta forma de evitación se puede ver reflejada evitando regresar con sus “dueños” cuando estos les llama.
6. Indefensión aprendida y comportamiento apático
Según Experto Animal, la última consecuencia es la “indefensión aprendida” que es un estado de pesimismo, similar a una depresión, que puede desarrollar un animal cuando siente que no hay nada que pueda hacer para mejorar la situación en la que se encuentra.
Algunos beneficios del refuerzo positivo
– Fomenta el vínculo entre el can y el humano.
– Resulta divertido para el perro y para el dueño.
– El perro se mostrará mucho más dispuesto a aprender.
– Tu can asociará el adiestramiento a un momento de diversión.
– Terminarás con la agresividad de tu perro.
– Tu perro se volverán mucho más sociable y amigable.
– Se reducen los niveles de estrés en el perro.
¿Cómo aplicar el refuerzo positivo en los perros?
Para utilizar el refuerzo positivo con perros lo que necesitamos es premiar con golosinas, caricias y palabras de afecto a nuestro perro cuando realice correctamente una orden. Además de la comida, también se puede reforzar positivamente a través de los juegos.
Para determinar la forma correcta de trabajar en refuerzo positivo con nuestro perro es necesario hacer pruebas y saber identificar qué funciona con nuestro can y qué no. Es decir, cuáles son sus golosinas preferidas para el aprendizaje, sus juegos favoritos, etc.